Suena raro si hablamos de amigos cuándo ni si quiera somos conocidos, suena extraño hablar de besarnos si aun no te he saludado, hace gracia que te presentes en mi cuarto cada noche y aun no has conocido mi casa, suena de idiotas odiarte si aun no hemos hablado. Jugar todo a una sola carta, fumarnos un cigarro después de echarnos unas risas, cantar una melodía que no sabemos ni cual es su nombre, bailar toda la noche sin cansarnos, beber un botellín de cerveza para celebrar que seguimos respirando. Y lo último que escuche aquella noche fueron las pulsaciones de tu corazón que poco a poco se alteraban, tu risa floja y las respiraciones incontroladas. Que lo que yo quiero es estar ahi, siempre. Transformarnos en lo que siempre quisimos, mariposas para poder volar.